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    Múnich se arrepiente y abandonará Linux para volver a Windows 10 antes de 2020

    Hace diez años, Múnich, una de las mayores ciudades de Alemania abandonaba Windows para adentrarse en el mundo del software libre con una distribución Linux basada en Ubuntu, a la que le dieron el nombre de LiMux, junto a la suite LibreOffice como solución ofimática. Tras haber instalado el sistema operativo en más de 15.000 equipos de sobremesa y portátiles en un proceso que se prolongó hasta 2013 y costó 30 millones de euros, ahora han decido dar marcha atrás para volver a usar Windows, con el objetivo de migrar antes de 2020.

    El comité administrativo y de personal de la ciudad de Múnich pidió la reorganización del entorno IT para comenzar a crear una arquitectura de clientes uniforme basada en Windows, que deberá estar desplegada en todos los equipos de la administración pública municipal antes de 2020. El comité explicaba que la causa de esta petición es la necesidad de utilizar «productos estándar» para la compatibilidad con algunos software de gestión como SAP.

    La llegada de un nuevo alcalde en 2014, Dieter Reiter, del Partido Socialdemócrata (SPD) hizo que el proyecto LiMux se detuviese, mostrando interés en volver a Windows, aunque no lo situó como una de sus prioridades. El año pasado, Reiter pidió un informe a la consultora Accenture, partner de Microsoft, en el que indicaban que el personal de la administración debería tener la opción de utilizar Windows 10 y Microsoft Office.

    Matthias Kirschner, presidente de la Fundación de Sofware Libre Europea (FSFE) daba su opinión, indicando que los problemas IT de Múnich no tienen como causa el uso de software libre, sino que es el resultado de una mala gestión y estructura organizacional, algo que también refleja el informe de Accenture. En el informe se indica que «gran parte de la insatisfacción se debe a versiones antiguas, que no se despliegan debido a problemas de organización»:

    El alcalde estuvo contra el sofware libre desde el principio. Cuando fue elegido, mostró su orgullo cuando Microsoft trasladó su oficina a Múnich [septiembre de 2016]. Incluso pidió la consultoría a Accenture, que es partner de Microsoft.

    Anne Hübner, una de los concejales que se encuentran en el comité, aclaró que esto no significa que Múnich vaya a abandonar el proyecto LiMux. Añadía que las recomendaciones del comité indican que los empleados deberían poder elegir con qué herramientas trabajar y pedían el uso de aplicaciones que puedan ejecutarse independientemente del sistema operativo como aplicaciones web, aplicaciones virtualizadas y servicios de escritorio remoto:

    Gran parte de la infraestructura de servidor permanecerá como hasta ahora. LibreOffice podrá seguir SIENDO utilizado, pero permitiremos que los empleados utilizar los productos de Microsoft si lo desean. No creo que este LiMux-microsoft deba ser debatido en términos altamente ideológicos. En el futuro, se utilizará cualquier productos que se adapte mejor a nuestras necesidades. Llevará algún tiempo determinar qué es lo mejor y lo mejor también puede cambiar con el tiempo.

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