La valoración de la marca Microsoft

Hace unos días, observábamos como Forbes, revista conocida por todos en el campo financiero y de negocio, se atrevió a asegurar que Microsoft es la segunda marca más valiosa del mundo. Sí, he dicho que se atrevió, porque en esta época actual, en la cual, lo pujante es Google y Apple, es complicado realizar una afirmación así sin que te miren raro o te tachen de loco. Aunque, por otro lado, el mercado empresarial es otro mundo, y en ese sector Microsoft mantiene una imagen fuerte. Forbes realiza el análisis en base al valor de la marca, unos 63.000 millones de dólares. En el primer lugar, seguiría estando Apple con 124.200 millones de dólares, y en el tercer lugar, Google descendería a los 56.000 millones de dólares.

Es evidente que Microsoft no está muerta ni mucho menos, aunque algunos parezca que lo desean. La marca arrastra la fama adquirida durante una época en la cual se cometieron muchos errores, pero también hubo, y esto no se cuenta, muchísimos aciertos. Podemos establecer como claros errores los siguientes ejemplos: la excesiva tardanza en adoptar el kernel NT en los sistemas operativos domésticos (disponible desde Windows NT 3.1 en 1993, tuvimos que esperar hasta Windows XP (NT 5.1) en 2001, con productos de dudosa calidad como Windows Millenium con el kernel MS-DOS), el no saber justificar el valor añadido de sus servicios dando la sensación de imposición (esto le ha generado muchísimos detractores) o plantear un cambio demasiado brusco con Windows 8 dejando de lado las necesidades tradicionales y de la empresa. Pero, también ocurrieron aciertos muy importantes, que, de hecho, son base para el futuro de la empresa. Como por ejemplo, el desarrollo y el buen diseño de Windows 7 y Windows 8 a nivel de sistema, el éxito de la plataforma Office 365 siendo la suite ofimática más avanzada y que más posibilidades ofrece, la apertura de miras hacia formatos y tecnologías open source, o el más reciente y grandísimo acierto, (sí, digámoslo con mayúsculas) Microsoft AZURE.

Microsoft es una multinacional con un peso enorme en la industria informática mundial, una multinacional con muchísimo talento, a veces escondido, pero que cuando sale a escena es capaz de superar a sus rivales, revolucionando la experiencia (sí, la revolución no es algo exclusivo de Apple, o mejor dicho, su marketing). Como ejemplo, Microsoft ha concebido la interfaz ribbon, toda una revolución en el campo de la ofimática, ha concebido una gama baja de smartphones con un rendimiento aceptable (provocando que el resto de fabricantes muevan ficha), ha concebido un lenguaje de diseño propio, llamado Modern UI, desmarcado de los demás (sí, ese Think Different que tanto mencionan otros), ha concebido unos periféricos de una calidad excepcional y con una ergonomía absolutamente natural, y esto es sólo por destacar algunos éxitos notables.

El problema de Microsoft no es de talento, es de imagen. Microsoft tiene que tener claro que conservará detractores durante muchísimo tiempo. La apertura al software libre, dar importancia a tus competidores, mostrando respeto (el matrimonio con Dropbox es algo extraordinario y muy inteligente, nadie lo esperábamos) y el intentar buscar nuevas formas de monetización, con lógica y sentido común para los usuarios ocasionales que no necesitan un, por ejemplo, Office súper avanzado, es crucial para que estos prejuicios desaparezcan. Entonces nos podemos preguntar, ¿por qué Microsoft adquirió esa mala imagen durante estos años?, porque los monopolios son como una moneda, tienes la cara de la buena salud económica, y la cruz de la frustración de la gente. Si olvidas la máxima de que igual que subes puedes bajar, llevándote a descuidar tu producto, como ocurrió durante finales de los 90 con sus plataformas. Los monopolios provocan que las empresas sientan que no tienen necesidad de ceder ante los estímulos, de forma parecida a los partidos políticos actuales, lo que causa la lejanía y la animadversión de las mentalidades abiertas a los cambios. Aprovecharse de los monopolios conlleva consecuencias, Microsoft lleva años pagándolas y se ha dado cuenta que debe superar con calidad, una buena imagen de renovación y liderazgo a la competencia, y en esas están. Es muy complicado, pero a base de una campaña orquestada y de encadenar varios aciertos, es posible. Todos daban por muerta a Apple a mediados de los 90, ¿Quién diría que un posible teléfono de Apple llamado iPhone sería el artículo de lujo deseado por todos en aquella época?

Microsoft se ha quedado sola ante la comunidad de nuevos desarrolladores de plataformas móviles que se generó, surgida aparte de las tradicionales compañías de software para Windows. Muchas compañías han quedado relegadas al mercado profesional, y el software de escritorio sufre un estancamiento debido al uso del software móvil e internet para las tareas más cotidianas, que antes se hacían con una torre, un teclado, un monitor VGA y un ratón. Todo esto sin contar el cambio de paradigma que suponen las redes sociales y la web 2.0 en el desarrollo, conceptos que antes no existían. Es el momento de las startups y pequeñas tecnológicas que aspiran a crecer, este cambio generacional ha crecido con otra perspectiva sobre Microsoft, lo ven como un dinosaurio, la moda es Apple y Google y es lo que está utilizando muchísima gente. Microsoft representa el escritorio clásico. El esfuerzo para que acudan a ti, cuando la movilidad es la base y tú no dominas ese mercado, es brutal. Y a base de ir moliendo poco a poco como una rueda de molino, se va rascando cuota y se van acercando algunos desarrolladores, pero es un trabajo muy duro y duradero.

Aun así, no todo es tan terrible, no olvidemos que Microsoft es un corredor de fondo, y a base de insistir conseguirá resultados. Las cosas no cambian en dos días. Microsoft no es la moda, pero puede serlo en unos años, potencial tiene con Windows 10, sólo necesita una campaña adecuada y decisiones acertadas. La gente está esperando renovar sus Windows 7, y el vender Windows 10 como el nuevo Windows 7 pensado para todos es la base. Además, Microsoft está mejor posicionada, desde el punto de vista de que sus ingresos provienen de muchos sectores, lo que le da fortaleza para esta carrera de fondo.

Recordemos que Apple tiene un gran problema, la mitad de sus ingresos provienen del iPhone, el día que ese producto deje de ser atractivo, puede caerse un imperio que parecía inquebrantable. Y sí, tener mucho dinero en una cuenta en un banco no sirve absolutamente para nada si no lo mueves para crear futuros ingresos. En términos de gestión empresarial es así aunque os parezca lo contrario, y Apple no lo está moviendo, para descontento de sus accionistas, es un colchón que se acaba rápido si no puedes mantenerlo con ingresos. Por este motivo Google compra tantas empresas, porque tienen que hacer algo con ese dinero, explorar nuevos mercados y oportunidades de negocio.

Además, el argumento de compra de Apple es siempre el mismo, introducirte el sentimiento de pertenencia a una comunidad especial, diferente, creativa y de éxito. Por este motivo Apple tiene fans incondicionales, por este motivo se vende como artículos de moda y diseño, por este motivo es inestable. Apple cada día tiene más difícil para justificar sus precios y su “diferencia”, ya que por calidad no es superior a sus competidores, al contrario, intenta convencerte subjetivamente, como por ejemplo, teniendo detalles con sus clientes para hacerles entrar en esa visión de comunidad especial (desde el unboxing hasta las transiciones del sistema operativo, o la manzana iluminada, o la forma de imprimir las facturas de la Apple Store, todo está pensado para que pienses así y te creas que la empresa te está mimando especialmente, todo es especial y superior), pero esos detalles, en realidad, son insignificantes si luego Adobe Premiere rinde mejor en Windows 8, por poner un ejemplo realista que muchos profesionales visualizarán. La estrategia de Microsoft es la estrategia de la calidad, no de la imagen de moda, sino que sus servicios se extiendan por su buena reputación. Si bien, las modas pasan, los buenos servicios siempre tendrán buena reputación y prevalecerán por encima de lo pasajero. En el mundo empresarial, es lo más importante, ya que no manda la moda, manda el coste y la eficiencia.

En demasiadas ocasiones, Microsoft no sabe transmitir su propuesta de valor, y ese es el fallo más importante, por encima de los detractores y de la competencia. No es una cuestión de relevancia mediática, eso se puede conseguir si el mensaje es el adecuado, y con Windows 8, Xbox One y Windows Phone no lo ha sido, de ahí los resultados, y las noticias de despidos en marketing. Transmitir el mensaje, convencer a la gente de que tu propuesta es la más segura (por ejemplo, ahora mismo mucha gente busca seguridad), ese es el reto, Windows 10 debe ser publicitado como nunca antes se ha publicitado una plataforma. Aún me acuerdo de la campaña de Windows 95 con la canción “Start me up” de The Rolling Stones, eso es lo que hace falta, que el mensaje de aire fresco, novedad y revolución llegue a los mercados, el mensaje de que Microsoft escucha y mejora sus servicios adaptándose a nosotros, y que tenemos un sistema operativo nuevo hecho en base a las opiniones de los usuarios para los usuarios. Apple y Google modifican sus productos sin contar demasiado con el usuario, incluso Apple siempre se jacta de que los usuarios no saben lo que quieren y ellos les guían; eso es tomar al usuario por inconsciente. La vía de que los servicios deben responder a nuestras necesidades es la vía que puede volver a llevar a Microsoft al pleno éxito.

Por último y no menos importante, un factor culmen son las empresas, ya que, aunque Microsoft tenga un prestigio y buena reputación en el mundo empresarial, debe dar un golpe definitivo para que Windows 10 sea el nuevo 7 o el nuevo XP, el golpe que transmita que Microsoft piensa en los profesionales y aporta soluciones y soporte. Debe ser Windows 10 quién representa esa adaptación necesaria y tan demandada de Windows 8, que lo hará más productivo que Windows 7, sin introducir elementos disuasorios para el trabajador. Microsoft crea productos 100% empresariales, no intenta colar productos de consumo como productos pensados para trabajar, como intentan hacer Apple y Google aprovechándose de su popularidad. El triunfo en empresas calará al gran público en parte, y ésta es una cuestión fundamental.

Esperamos que Microsoft nos tenga preparado un 2015 lleno de novedades, y sobretodo, propuestas que la orienten a liderar la batalla de la creatividad y la innovación, desmontando los falsos mitos. Es necesario que el mensaje cale, y por supuesto, que los productos estén disponibles sin demasiada tardanza en cualquier sitio, aprovechando el efecto compulsivo, con una visibilidad de primer nivel en los centros comerciales, con asistentes que ayuden a dar entender a la gente qué es lo que necesita. La salida por sorpresa, y en el mismo día de su presentación, de la Microsoft Band fue algo impropio, señal de que algo está cambiando, y al ver imágenes de colas en las tiendas, pude confirmar que sí, algo pronto cambiará.