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    Windows 10: versión de kernel 10.0

    Las denominaciones comerciales de Windows casi nunca han correspondido con la verdadera versión del kernel o núcleo del sistema operativo. Algunos esto lo sabíamos, pero saltó a la vista de la mayor parte del público cuando se publicó Windows 7, ya que su versión de kernel no era 7 sino 6.1. Esto sonaba extraño, ya que desde Windows 3.1/3.11 se perdieron las denominaciones comerciales relacionadas con la versión del sistema.

    Pues bien, Microsoft ha repetido en varias ocasiones que Windows 10 será un sistema que tendrá que hacer honor a su número, un sistema de 10, de ahí que, incluso, hayan desechado la denominación Windows 9, la cual, todos creíamos que sería la próxima versión. Y parece que no sólo en la parte comercial queda la cosa, sino que también el número 10 afectará a sus entrañas, ya que en la última build (número 9888), podemos descubrir por nosotros mismos que el kernel pega un salto de versión desde la 6.4.9860.0 hacia la 10.0.9885.0, es decir, cambiamos incluso de rama de versión (o versión principal).

    Kernel 10.0

    El control de versiones de los desarrollos siempre se suelen mantener al margen de las estrategias comerciales, por lo menos internamente. Por lo que, tal vez este nuevo kernel 10.0 no sólo sea parte del marketing, sino que incorpora cambios tan relevantes que el cambio de versión principal está justificado, y de paso le ponen el 10. Incluso, si queremos jugar a la bola de cristal un poco más, podríamos imaginarnos que tanto salto podría indicar que el cambio o evolución es muy grande.

    Todos conocemos las intenciones que hay en Redmond de unificar sus sistemas, «un sólo Windows para todos los dispositivos«. Microsoft está trabajando en OneCore, la unificación de toda la base de los sistemas operativos de la compañía, un sistema que funciona desde en PCs de escritorio hasta wearables.

    ¿Acarreará esto incompatibilidades con dispositivos o periféricos antiguos y sus respectivos controladores?, sinceramente no lo creo, Microsoft siempre ha preservado la retro-compatibilidad de forma admirable, a costa, incluso, de ser origen de errores y de entorpecer la evolución en ocasiones. Y, personalmente, pienso que si de verdad Microsoft se atreve a realizar un cambio crítico para poder evolucionar, proporcionará las herramientas adecuadas para aquellas empresas que necesiten ejecutar software o instalar dispositivos con cierta solera. ¿Por qué pienso esto?, porque Microsoft se ha volcado desde un principio con los profesionales para que Windows 10 sí justifique una migración desde Windows 7, escuchando sus quejas y haciéndoles partícipes del desarrollo.

    Esperemos, y seguramente lo harán, que Microsoft explique el porqué de este cambio. Y esperemos que represente un salto cualitativo. El futuro nos espera en 2015.

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