Microsoft presentó muchas novedades el pasado 21 de enero, todas ellas entorno a Windows 10. Sin embargo, al final tuvimos un invitado inesperado que se ha convertido en el principal protagonista tras la resaca del evento: Microsoft HoloLens. ¿Qué es HoloLens? Básicamente, unas gafas de realidad aumentada que van mucho más allá de lo que hemos conocido hasta el momento por parte de otros fabricantes como las Google Glass. Estamos ante un auténtico ordenador en tamaño muy contenido, con unas potentes CPU y GPU y una unidad de procesamiento holográfico nunca antes vista. Además, podrían estar más cerca de lo que pensamos.
Sin lugar a dudas, Microsoft ha dado un fuerte golpe sobre la mesa y ha demostrado que no hay compañía en el mundo capaz de realizar software al nivel del gigante de Redmond, pero, ¿Qué futuro le espera a HoloLens? ¿Estaremos ante una revolución que cambie por completo la forma en la que interactuamos con el mundo virtual? ¿O quizás se tratará de un experimento que quedará, como tantas otras buenas ideas, en el baúl de los recuerdos? En mi opinión, nadie puede predecirlo. Sin lugar a dudas, creo que la apuesta de Microsoft es arriesgada y ambiciosa y que van a ir a por todas con HoloLens, sabiendo lo difícil que es crear una nueva necesidad que hoy no existe como es la realidad aumentada. El objetivo de Microsoft, pues, será hacerle ver a la gente que necesita esta tecnología, que es realmente útil para su día a día. En definitiva, lograr que nos preguntemos: ¿Cómo he podido vivir sin esto?
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Son muchos los escépticos que, cuando surgen avances de este estilo, no tardan en despreciarlos y en abocarlos inmediatamente al fracaso, alegando que el mundo «no está preparado» para ese cambio. Y yo me pregunto, ¿Cuándo lo estaremos? ¿Sabíamos que necesitábamos tablets antes de que apareciese el iPad en 2010? ¿Sabíamos que necesitábamos un teléfono para estar permanentemente conectados con nuestro entorno social hace 15 años? Las necesidades cambian, varían y rara vez nacen de la propia sociedad por iniciativa propia, sino que nacen del exterior y de la capacidad de una empresa para convencernos de que necesitamos su producto en nuestro día a día.
La pregunta es: ¿Necesitamos realmente las Microsoft HoloLens? ¿Podrá Microsoft convencernos de ello? Tema harto polémico y que propiciará, con total seguridad, un intenso debate. De la labor de Microsoft promocionando este producto y atrayendo el interés de los desarrolladores dependerá su futuro: Revolución o experimento.
