Ya os informamos de que Microsoft no comprobará el estado de la licencia de Windows a la hora de actualizar a Windows 10. Esta especie de permisividad por parte de Microsoft a los usuarios que hubiesen decidido obtener su edición de Windows de forma poco ortodoxa solamente podía incluir dos connotaciones posibles.
Una de ellas era que, como ocurría durante el proceso de actualización a Windows 8 desde sistemas operativos anteriores, a la hora de actualizar Microsoft nos daba un número de serie nuevo para nuestro sistema operativo. Aunque hay que recordar que, en este caso, estábamos pagando la nueva licencia, ya fuesen los 29,99 euros de la oferta de lanzamiento de Windows 8 o los 119 euros actuales.
Finalmente, será elegida la segunda opción, y esta consiste en que tal como ocurrió con la actualización desde Windows 8 a Windows 8.1, el número de serie, y por tanto la licencia, será el mismo que utilizábamos en nuestro sistema operativo anterior. Esto quiere decir que si nuestra licencia de Windows no es legal a ojos de Microsoft en Windows 7 o Windows 8.x, seguirá sin serlo en Windows 10.
Con Windows 10, aunque los ordenadores con licencia no original sean capaces de actualizar a Windows 10, dicha actualización no cambiará el estado actual de la licencia. Las ediciones de Windows no originales no son publicadas por Microsoft, y por tanto, no tendrá una licencia adecuada y el soporte de Microsoft o un socio de confianza. Si ese dispositivo se consideró que no es original o sin licencia, seguirá sin ser original o sin tener licencia después de la actualización.
Debemos recordar que los usuarios que utilicen ediciones no originales de Windows no cuentan con soporte técnico por parte de Microsoft, aunque puedan recibir actualizaciones, si tienen cualquier problema no podrán llamar a Microsoft para que les ayude. Entre nosotros, ¿usáis Windows pirata o Windows original? ¿Qué os ha parecido esta noticia? ¿Actualizaréis a Windows 10 sin una licencia original de Windows?
