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    40 años de Microsoft: La historia de Xbox

    Los videojuegos tienen una historia que no tiene nada que envidiar a la gran confrontación que vivimos actualmente con las grandes compañías de electrónica. Un duopolio al que un tercer jugador quiso unirse, en el que pocos confiaban y que ha demostrado que el pastel podía partirse en tres ¿podéis compararlo con algo que está ocurriendo actualmente? Hoy vengo a hablaros del tercero en discordia, hoy os voy a contar la historia de la Xbox.

    Que Nintendo había demostrado que eran los reyes del comercio de los videojuegos no es ninguna novedad, no solo tenían el mercado y el dinero, en sus filas estaba la gente que había demostrado que esta industria no solo era un juego de niños, era arte. Estar en la cúspide les llevó a innovar, quizá demasiado, y dejaron la puerta abierta a un competidor que no les puso las cosas fáciles. Una Sony tremendamente poderosa que buscaba querer demostrar que ellos también podían. Y pudieron.

    Se vaticinan tiempos de cambios

    Microsoft preocupada por unos competidores que empezaban a ganarle terreno en un mercado donde pensaban que el PC nunca podría ir hacia atrás. Las consolas de sobremesa y el increíble trabajo de talentosos equipos hicieron que muchos empezaran a ver con buenos ojos una lucha en la que pequeños estudios, hasta el momento, comenzaban a labrarse un nombre y donde Nintendo estaba haciendo historia con juegos como Super Mario 64 y Ocarina of Time.

    A Microsoft especialmente le preocupaba el crecimiento de Sony, y la popularidad que estaban alcanzando el mercado de los videojuegos. Era el momento de entrar en escena, una escena donde Sony y Nintendo luchaban en una lucha que pensaban que era de dos. «Es mi momento» pensó Microsoft.

    En realidad Microsoft ha sido siempre un jugador tardío, entra en mercados que están creciendo y, no me digáis como, consigue ponerse el primero. No aprovechar la ventaja en software que Microsoft ha tenido siempre (me estoy refiriendo a DirectX) era una tontería ¿Por qué no hacer un dispositivo especialmente preparado para dichas librerías?¿Una DirectX-box? El nombre había nacido, aunque se recortó con el paso del tiempo dejando el ya famoso Xbox.

    La arquitectura x86 había llegado a las consolas, para quedarse como ha demostrado el tiempo. Un procesador central de 32 bits, basado en Pentium III, a 733MHz, 64 MiB de RAM a 200 MHz, disco duro de 8gb y un par de procesadores gráficos desarrollados por Nvidia, un controlador multimedia y un chip gráfico mostraron al mundo que se podía tener la potencia de un ordenador en casa. Llegó tarde, pero demostró que Microsoft había llegado para quedarse, y vino bajo el brazo con una de las series más épicas jamas creadas: Halo.

    Evolución

    Una consola que marcaba las bases del futuro de Microsoft en el mercado de los videojuegos de salón. Entonces ocurrió algo curioso, insólito para lo que se esperaba. La generación acabó con una clara ganadora. La PlayStation 2 había demostrado que Sony sabía bien lo que hacía y una Gamecube que nos había dejado la magia de Nintendo impregnada en cada uno de sus juegos que no recibió el apoyo de los desarrolladores que esperaba.

    Todo el mundo esperaba la llegada de las nuevas consolas, una PlayStation 3 que quería demostrar la potencia de un procesador Cell que nos vendieron como lo nunca visto, una Wii (llamada en un principio Nintendo Revolution) que quería demostrar que otro tipo de videojuegos podían estar y la sucesora del más joven de los tres participantes, la Xbox 360, la maduración de una empresa que había entrado en un terreno que no era el suyo y quería demostrar que podía estar entre los más grandes.

    Y llegó. Una batalla que había pasado de tres participantes a dos viendo como Nintendo había decidido crear su propio mercado todos los ojos estaban puestos sobre Sony y Microsoft. Entonces Microsoft hizo algo que no suele hacer, golpear primero y golpear de forma perfecta (es un buen momento de seguir leyendo con la BSO de Halo de fondo).

    Un año de diferencia y un precio mucho más bajo, unida a una agresiva estrategia demostró a Sony que Microsoft, en materia de consolas, había crecido y quería arrebatar el trono. La posterior salida de su competidora y un precio que… bueno, se les fue de las manos, permitió a Microsoft arrebatar usuarios a la plataforma rival (como yo) demostrando las virtudes de la Xbox 360.

    Un aspecto más compacto y elegante, un procesador IBM de tres núcleos a 3,2 GHz, 512 MB de RAM y una GPU desarrollada esta vez por ATI se enfrentaron a una PlayStation 3 que no estaba coja en potencia., aunque la complejidad a la hora de desarrollar en esta última y las facilidades que dio Microsoft con su consola nos regalaron una de las más encarnizadas batallas por el trono de una generación. Todo esto mientras Nintendo se hacía de oro con la Wii.

    El futuro más brillante que se podía imaginar

    Hoy vivimos una lucha distinta entre las nuevas consolas, una lucha de futuro. Sony con su PlayStation 4 ha demostrado que han aprendido de sus errores y una Xbox One que se dice que fue sacada con un poco de prisa, buscando que Sony no les hiciese lo mismo que hizo Microsoft con la Xbox 360. Una consola con un hardware… curioso, algunos dicen que puesto en el futuro, un futuro donde Windows 10, Directx 12 y Microsoft quieren demostrar que, quizá, nos llevemos la mayor sorpresa y el mayor golpe sobre la mesa visto en la historia de los videojuegos. Microsoft es una empresa de futuro y si algo hemos aprendido de ellos es que no dejan nada al azar.

    No puedo despedir este repaso por la historia de Xbox sin un tema que me marcó personalmente de la Xbox 360 y su Halo 3 y que, quizá, fue una promonición de lo que Microsoft quiere decirle a Sony y a todas las empresas del mundo, con los grandes no se juega: Never Forget.

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