Minecraft se ha convertido en un fenómeno mundial como pocos se han conocido antes. Solo en su versión de PC y Mac ha vendido más de 20.000.000 de copias, eso sin contar la versión para las consolas de Sony y Microsoft, y sin contar la versión de móviles.
Un juego que ha sobrepasado la barrera de lo virtual y se ha convertido en algo cultural, de juego indie a fenómeno de masas. No por ello es perfecto, si hay algo que siempre se le ha achacado a la versión de PC es su rendimiento. En ningún momento Markus Persson imaginó el alcance que tendría su pequeño experimento en Java.
La versión de Windows 10 pretende convertirse en la versión definitiva de Minecraft
Ayer se anunció la llegada de una nueva versión para Windows 10, la cual se ha confirmado que dejará de lado Java y añadirá una gran cantidad de novedades, con el objetivo de estrechar cada vez más el cerco entre la versión Pocket Edition y la versión de escritorio, y de mejorar la experiencia de la versión de escritorio.
Otro gran problema que ha tenido siempre Minecraft es el tema de servidores y jugar online (además del rendimiento). No es algo difícil el jugar online, pero no sé la de horas que habré perdido abriendo puertos y configurando todo correctamente para poder jugar con amigos. Faltaba una plataforma, un ecosistema robusto en el que poder jugar con tus amigos fuera algo más sencillo, algo como Xbox Live, y parece que por fin nos va a llegar. Ah, y próximamente los usuarios móviles de las versiones Pocket Edition también se podrán unir a la fiesta.
Cuando lo anunciaron muchos nos temíamos lo peor, que nos volviesen a cobrar por el juego, pero Microsoft ha sido inteligente y ha demostrado, una vez más, que no es la diabólica Microsoft que muchos recuerdan. Minecraft para Windows 10 será totalmente gratuito para todos aquellos que ya tengan la versión de escritorio, teniendo que pagar 10 dólares todos aquellos que no la tengan.
Yo soy de los que empezaron a jugar a Minecraft por el boca a boca de los foros, antes de que los Youtubers le dieran la fama mundial que tiene hoy. Soy de los que, cansados de experiencias de videojuegos «clásicas», se embaucó en noches en vela cuyo único acompañante era la ignorancia y el sentirme niño otra vez. Minecraft me devolvió la sensación de querer jugar sin parar, y aunque últimamente se están centrando más en equiparar el resto de versiones que de actualizar a la promesa de la 1.9, me siento incapaz de quejarme de un juego que me ha dado tantísimas horas por apenas 5 €.
