Prácticamente un mes con Windows 10 en nuestro PC o tablet y no paramos recibir nuevas noticias, poco después del gran lanzamiento mundial y solucionados (casi) los problemas propios de un sistema operativo recién lanzado, lo que más hemos visto ha sido sentimientos enfrentados entre la fascinación y preocupación latente por nuestra privacidad.
Las alarmas con este tema están tan afinadas que muchas veces suenan en falso, es el caso reportado por Business Insider vía The Independent, esta vez debido a las políticas de familia que Microsoft ha implementado con Windows 10. Estas políticas incluyen el envío de un reporte semanal al correo electrónico del correo del tutor bajo el que está regido la cuenta del menor y que Microsoft lo activa automáticamente.
Algo que puede ser útil, quizás para una edad temprana o para los primeros contactos con el mundo 2.0, pero que a medida que el menor crece el tema se complica. Según opiniones de varios colectivos, este reporte semanal puede ocasionar el rechazo de los menores por parte de su familia en según qué condiciones.
Control con control
Lejos de los problemas tratados en los dos medios citados, que personalmente pienso que en pleno siglo XXI es inaceptable siquiera el planteárselo como tal, entramos en el debate recurrente sobre el control o privacidad de los más pequeños de la casa en internet. Cada vez es una herramienta más importante, por no decir que actualmente la más usada, de autoaprendizaje fuera del entorno escolar, y debería haber una educación sobre el buen uso de las nuevas tecnologías desde los primeros pasos tecnológicos para que estos reportes no sean necesarios en el futuro.
La libertad en el crecimiento personal de los niños es un pilar fundamental para el desarrollo y el futuro autocontrol en todos los ámbitos de la vida. Por ello inculcar unos buenos hábitos tecnológicos, de tiempo y modo de uso, con unos patrones marcados pero con la libertad que un niño necesita es esencial para familiarizarse con la tecnología.
