Cuando Stephen Elop subió al escenario durante la Build 2014 de Microsoft y presentó el Nokia Lumia 630, el dispositivo de Nokia llamado a relevar al Lumia 520 en la lucha por la gama baja, mucha gente se sorprendió de que éste dispositivo no fuese a contar con 1 GB de memoria RAM, sino que se quedase en 512 MB de RAM, al igual que su hermano menor.
En los días posteriores a la Build, Nokia recibió sendas críticas por el «excesivo» recorte en hardware del Lumia 630, el cual además tampoco cuenta con cámara frontal ni flash led.
No obstante, en pleno lanzamiento del Lumia 630, Microsoft ha querido salir al paso de estas críticas y ha asegurado que los 512 MB de RAM en el Nokia Lumia 630 tienen todo el sentido del mundo, pues afirman haberse esforzado mucho durante los últimos meses para lograr que Windows Phone 8.1 sea un sistema más «suave» y «ligero» que Windows Phone 8, pues, entre otras cosas, ahora las aplicaciones utilizan un modelo XAML un 30% más rápido que el Silverlight utilizado con Windows Phone 8. De este modo, el sistema operativo podrá moverse con total fluidez incluso en dispositivos con escaso nivel de hardware como es el Nokia Lumia 630 (para muestra, un botón).
La idea de Microsoft es optimizar al máximo el SO para poder introducir hardware más económico en la gama baja, pudiendo abaratar los costes (y por lo tanto, los precios) sin perjudicar en ningún momento la experiencia de usuario, una maniobra bastante acertada y coherente.
Y vosotros, ¿Qué opináis de la explicación dada por Microsoft? ¿Os esperabais un mejor terminal para liderar la gama baja de Windows Phone?
