Aunque Windows 10 es un gran sistema operativo, en sus inicios sobre todo, dio un montón de quebraderos de cabeza a algunos usuarios. Fallos de drivers, tarjetas gráficas que dejaban de responder, rendimiento poco optimizado al arrastrar archivos desde Windows 7,… Son solo algunos de los problemas que TH1, como se conoció al primer despliegue oficial, a parte de los intrínsecos del propio Windows 10 que no estaba del todo pulido en algunos aspectos.
Una experiencia tan mala que Teri Goldstein, trabajadora de agencia de viajes en el estado de California, denunció a la compañía de Redmond por una actualización fallida de su computadora al por aquel novedoso sistema operativo de Microsoft. Dejando su PC de trabajo inusable, con la consiguientes pérdidas de clientes y económicas que seguramente la ocasionó.
Un juez ha estimado una cuantía de 10.00 dólares por los daños causados a su pequeña empresa californiana. Goldstein declara que no había oído hablar de Windows 10 nunca, y por supuesto nadie le pidió permiso para que fuera instalado en su PC. Después de la ya citada actualización fallida, comenta que su principal herramienta de trabajo comenzó a ir lento y con un comportamiento errático.
La buena de Teri acudió al soporte técnico de Microsoft para plantear su problema, y ante el no funcionamiento de las soluciones que allí le proponían decidió acudir a los tribunales. Aprovecho para recordar que falta poco más de un mes para cumplirse un año de la llegada de Windows 10, fecha límite para actualizar de manera gratuita nuestros PC que todavía se encuentren en Windows 8.1 o 7. Espero que vuestra actualización sea o haya sido menos dramática que la sufrida por la señora Goldstein.
