El mercado empresarial siempre es mucho más complejo que el de los usuarios domésticos a la hora de actualizar la infraestructura de equipos que pueden albergar, un mercado que siempre es más reticente a actualizar por los problemas que eso pueda ocasionar, el tiempo que pueda estar inactiva la organización o las incompatibilidades con las herramientas de uso habituales dentro de la empresa.
Según hemos conocido a través de Winbeta, una de las empresas más influyentes del mercado estadounidense y financiero mundial tiene pensado actualizar toda su infraestructura desde Windows 7 a Windows 10 en las próximas semanas. Estamos hablando de Bank of America, lo que supone un trabajo de gran envergadura al disponer de miles de ordenadores conectados con un alto nivel de seguridad.
En la entrevista relizada por InformationWeek al CTO del banco estadounidense, David Reilly, menciona el alto interés de las empresas por actualizar al que será el último Windows de la historia. Reilley lo toma como una tarea compleja debido a la diversidad de equipos que se utilizan dentro de la empresa, pero asegura: «Estamos trabajando para migrar tan pronto como sea posible».
Bank of America decidió no actualizar a Windows 8 debido a la difícil experiencia de uso en ordenadores sobremesa, portátiles y tablets, algo importante para que los empleados puedan utilizar el sistema operativo y sus aplicaciones sin ningún problema, mientras que Windows 10 la unificación de la plataforma entre los dispositivos es perfecta y, por ello, para la empresa merece la pena actualizar.
A diferencia de como sucede entre los usuarios domésticos, para realizar actualizaciones de este tamaño, las empresas suelen contar con la ayuda de Microsoft, que distribuirá una versión de Windows 10 personalizada a Bank of America, ya que al no trabajar con un producto cualquiera, si no con un activo como es el dinero de sus clientes, tiene que ser muchísimo más cerrado y seguro.
Si nuestra compilación de Windows 10 está preparada para noviembre, entonces la pondremos a prueba entre el equipo de desarrollo para abordar los principales problemas y solucionar cualquier error. A partir de ahí, la actualización será gradual para que los empleados se vayan adaptando antes de desplegar el sistema operativo en toda la empresa.
Es interesante ver cómo las empresas están dando el salto desde Windows 7 a Windows 10, un proceso de mayor o menor dificultad en función del tamaño de la compañía, pero que dará a sus equipos un sistema operativo más seguro con un soporte que, de momento, durará hasta 2025.
