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    Análisis y opinión personal Razer DeathStalker: mi vuelta temporal a los teclados de membrana

    El mundo gamer se ha visto revitalizado en los últimos años. Culpa de esta revitalización la han tenido dos sectores: YouTube y E-Sports. Gamers comunes, como tú y como yo, que en poco tiempo se han visto convertidos en personajes públicos han llevado al conocimiento de las masas los productos orientados a un sector muy específicos del PC y las consolas. Mientras que las ligas deportivas, masificadas por juegos de éxito como el Leage of Legends, han conseguido que la gente preste más atención al mundo gamer. Aunque debo decir que Gamer no es un palabra que me guste, ya que nos encasilla a todos aquellos que disfrutamos de los videojuegos (con todo lo que el encasillamiento conlleva) sí me alegro de que los videojuegos cada día estén mejor vistos.

    Las empresas han sabido sacar partido de este mundo, Razer, una de las principales empresas orientadas al mundo gamer, ha encontrado su camino en la tortuosa senda e los productos orientados a los jugadores. Con cartas bien jugadas en muchos ámbitos, han conseguido colarse en la mente de muchos jugadores bajo dos premisas: Calidad y diseño.

    Razer DeathStalker, para los que los que se rehúsan a usar teclados mecánicos

    La proliferización de los productos orientados al sector videojuegos ha llevado a redescubrir, a muchos de nosotros, un producto que, lejos de haberse inventado hace poco, lleva viviendo con nosotros desde el mismo nacimiento de la tecnología: los teclados. Especial atención se han llevado los teclados mecánicos, los cuales han sido alabados tanto por profesionales del sector, como por simples entusiastas, que han encontrado en ellos la comodidad y la precisión necesaria, así como la personalización en los distintos «switches».

    Teclado de membrana Razer DeathStalker

    Con la popularidad de los mismos, parece que los teclados de membrana han quedado relegados a un segundo puesto, como si fueran «los malos de la película». Nada más lejos de la realidad. Los beneficios que se obtienen de los teclados de membrana siguen siendo los que han llevado a ser los más usados hoy en día: precio, ligereza y silencio.

    Desde que uso un teclado mecánico en mi casa el «tac, tac, tac» de las teclas inunda desde buena hora de la mañana, y me he llegado a acostumbrar a él como si fuera parte del ruido ambiente. Hoy os voy a contar mi experiencia al volver a un teclado de membrana, mi día a día con él y las sensaciones que me han trasmitido este Razer DeathStalker.

    La vuelta a un teclado de membrana

    Como os he dicho en multitud de ocasiones, desde mi entrada a los teclados mecánicos con el Steelseries G6V2 no he vuelto a usar un teclado de membrana en mi uso diario. Tanto en mi sobremesa como en el portátil lo usaba siempre que podía, prácticamente había olvidado lo que era teclear en un teclado de membrana, y las pocas veces que he vuelto a usar uno (forzosamente) extrañaba cada tecla mecánica en cada pulsación.

    Debo reconocer que la vuelta a los teclados de membrana no me entusiasmaba para nada. Me había acostumbrado tanto a un teclado mecánico que ni me había planteado la vuelta, la pregunta era ¿Podía volver sin problemas? ¿Me había autoconvencido de la superioridad de los teclados mecánicos? ¿Un teclado de membrana puede darme una experiencia parecida? Me propuse a comprobarlo.

    Lo primero: las presentaciones

    Como es habitual en un producto de Razer, lo primero que nos llama la atención en su diseño, y no me cansaré de repetirlo. La empresa californiana cuida hasta el más mínimo detalle de todos sus productos, todo se ve bonito y como se tiene que ver, no echas en falta ni calidad de materiales ni aspectos poco cuidados. Es uno de los apartados que más me gusta de sus productos.

    Teclado de membrana Razer DeathStalker

    Se trata de un teclado completo, de tipo chicle, que incluye el teclado numérico, tiene un tamaño agradable con un reposamuñecas fijo, adornado con la serigrafía del fabricante, que nos asegurará comodidad en largas sesiones. Todas las teclas poseen una iluminación de color verde, cuyo color no se puede personalizar pero sí su patrón de encendido, con el software Razer Synapse 2.0, del que hablaremos más adelante. También incluye 10 teclas multifunción con diferentes acciones, tales como subir y bajar el volumen o dejar el ordenador en modo reposo.

    Lo importante: su uso

    Hay algo importantísimo a la hora de usar un teclado, algo que va más allá de su aspecto físico, que sí bien es importante, no lo es todo: cómo nos sentimos al usarlo. Lo que os voy a decir ahora viene de alguien que se ha pasado los últimos meses usando un teclado mecánico a todas horas.

    ¿Se nota el cambio? . ¿Se echa de menos el teclado mecánico? Al principio. ¿Te arrepientes de haber decidido usar este teclado de forma constante? No.

    Mucho me temía que supondría un cambio dramático el volver a un teclado de membrana tras tanto tiempo usando uno mecánico, más allá del susto principal al no escuchar el fuerte sonido de uno, tardas poco en acostumbrarte. Parte de la culpa de la fácil transición la tiene la calidad del producto de Razer: Ultrapolling de 1000hz, teclas programables con grabación de macros On-The-Fly, protección anti-ghosting con capacidad para hasta 10 pulsaciones simultáneas, modo de juego específico. Se nota que Razer no ha escatimado en calidad a la hora de crear este teclado.

    Teclado de membrana Razer DeathStalker

    La sensación de tecleo es, obviamente, muy diferente, pero no por ello mala. El corto recorrido de estas teclas te hace pensar en la comodidad de los mejores teclados de portátiles, y se agradece. La completa personalización y el reposamuñecas fijo ayudan a sentir, en poco tiempo, que tienes el teclado toda la vida. El software de Razer Synapse 2.0 es el cerebro de este teclado, no solo te permite modificar las teclas a tu gusto, también te permite analizar las partidas y los patrones de uso, ayudándote a mejorar en aquellos aspectos de los juegos en los que te quieras sacar más punta.

    El completo silencio era algo que no recordaba, estar escribiendo un artículo o simplemente chateando con mis amigos se me hacía raro, estaba acostumbrado a un ruido de fondo que ha desaparecido, y creo que en ocasiones se agradece y solo tengo una queja de este teclado, y es la ausencia de la tecla «ñ», duodécima consonante del alfabeto español a la cual, con el paso del tiempo y de tanto usarla (y aunque a veces se cuele entre las palabras al escribir) se le echa de menos.

    Llegados a este punto, e hilando el análisis y opinión con mi pequeño experimento y vuelta a los teclados de membrana ¿Realmente existe una gran diferencia entre los teclados de membrana y los teclados mecánicos? , pero todo depende de cómo lo veas y tus gustos personales. Por ahora me mantendré en mi teclado mecánico, soy un clásico que añora el ruido de su teclado, pero sé que, si tuviera que volver a un teclado de membrana, me plantearía la calidad de teclados como el Razer DeathStalker.

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